El Tren Maya conecta la Reforma Energética

• Ricardo Balderas

En cada uno de los estados por los que atravesará el Tren Maya, existe un proyecto de energía o relacionado a extracción de hidrocarburos, sobre el cual el nuevo gabinete sabe, pero ha sido muy discreto. Todos los proyectos son herencia directa de la administración del priista Enrique Peña Nieto (EPN) y presentan importantes desafíos ambientales y Salina Cruz-Tapachula que afectan a Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca; y la construcción de una segunda refinería en Campeche, además del posible traslado de las oficinas centrales de Pemex a Ciudad del Carmen, como Rocío Nahle lo prometió en campaña. Este último sería el único proyecto 100% de Morena. La decisión estratégica de expandirse hacia el sur la toma la administración priista y es reflejada en marzo de 2018 en el “Prontuario Energético 2018”. Cuando Rocío Nahle toma las riendas de SENER, se fotografía con su antecesor el priista Pedro Joaquín Coldwell, quien publica las fotos en la red social Twitter con la leyenda: “Con @rocionahle iniciamos el proceso de entrega-recepción. Por México, le deseo éxito en su desempeño como Titular de la @SENER_mx”.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) con Javier Jiménez Espriú como titular, también tiene muy claro que el atractivo del Tren Maya es que complementa la expansión hacia el sur de la infraestructura para la explotación de hidrocarburos. En el vídeo que aparece en el sitio oficial del Tren Maya explicita que otro de los objetivos del tren es el apoyo al sector energético de la región.

El plan de “resucitar las vías férreas nacionales” no es nuevo. Ya en el sexenio pasado se contemplaba un sistema de transporte de pasajeros que en su momento fue calificado como: “de gran valor social, pero poco atractivo para inversionistas”; después de hacerse público el presunto conflicto de interés con la empresa licitante se declaró en el olvido. Ahora, vinculado a la estrategia energética, es mucho más fácil de apoyar.

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